La simulación del acto solemne disfrazado según por el presidente Andrés Manuel López Obrador como un tercer informe de gobierno, después de los 100 días de su gestión y el pasado 01 de julio al celebrar el inicio de una cuarta transformación se llevó a cabo ayer domingo en Palacio Nacional, una rendición de cuentas a la nación que supuestamente él, está feliz, sí una nación feliz por los “grandes logros” de una administración improvisada, y que hasta la fecha se ha visto completamente incapaz de atender los asuntos de alta importancia en el país.
Mientras el presidente de México rendía este informe a la nación, a sus invitados, gobernadores, secretarios de estado, su familia, en la capital del país y en algunos otros estados se llevaban a cabo marchas de algunas organizaciones civiles que había convocado este acto en contra de las calumnias que el presidente supuestamente estaba diciendo en la rendición de sus cuentas como representante del poder ejecutivo, los manifestantes leyeron un posicionamiento al final de la marcha en el que denunciaron el deterioro en el sector Salud, el debilitamiento de las instituciones, y la cancelación del Aeropuerto de Texcoco.
El presidente resaltó en su mensaje diferentes temas, los más importantes: la austeridad y el combate a la corrupción, mencionó que se estaba poniendo en practica el ya olvidado mandato constitucional de buscar que el estado promueva un desarrollo económico y la distribución de los ingresos, papel sumamente importante en el gobierno que hasta ahora nos ha llevado a un estancamiento en el crecimiento económico del 0.0% , aunque el presidente diga que las inversiones están, de nada ha de servir si no existe un crecimiento económico, que de seguir así, y con estos bajos índices nos llevaría a un recesión técnica en los próximos meses, todo gracias a un egocentrismo radical y hasta parecería en la aplicación de un modelo económico social, asumiendo y asegurando que el modelo de su gobierno consista en una forma de vida austera en las sociedad, olvidándose que vivimos en una sociedad holgazana y asistencialista, que en su momento la única consecuencia de estas dediciones sería la eliminación de clases para convertir solo pobres y ricos, ojalá y no sea así y me equivoque en las predicciones.
El presidente se ha equivocado al decir que el crecimiento es de poco interés, y que lo único que cuenta es el bienestar, acaso se le olvido que el bienestar y la felicidad social se debe al asistencialismo que desangra poco a poco al país, el dar dinero sin una fuente de ingresos igual nos debe de preocupar, es muy triste escuchar al presidente decir que la tecnocracia no debe contar porque las estadísticas y los “numeritos” no funcionan, asimilando que la vida de los mexicanos solo se toman en cuenta como su gobierno lo ha hecho, sin interés y con decisiones abruptas.
Asemejar que una sociedad que se ha visto herida por el crimen organizado, por las luchas de clase, los movimientos sociales y las malas decisiones en el poder, llegue a tener un clima de bienestar en el 2024 es muy loco, ¿Pues en que México ha de vivir el presidente? Donde millones de familias mexicanas que sufren la inseguridad, es desabasto excesivo de medicamento, que por supuesto se debe a la austeridad y la falta de programas sociales.
Un México que pese a una estrategia militar que se ha estado encargando de la represión de los migrantes y que en el primer año de la Administración obradorista aumentaron todas las cifras en materia de inseguridad y violencia como asesinatos, feminicidios, secuestros, extorsiones y robos, más de 20 mil asesinatos, es obvio y claro que no hay nada que celebrar.
Estamos pasando un año, con denotativos cambios, para bien o para mal, sin embargo, sabemos que ha sido un primer año de decisiones muy malas, no hay venta de avión presidencial, no existe la paz, no hay combate a los corruptos de administraciones pasadas, hay desabasto médico, hay estancamiento económico y lo peor que supuestamente se le debemos a las administraciones anteriores, la falta de capacidad de asumir responsabilidades en este gobierno y lavarse las manos descaradamente es muy triste para los que hemos seguido la evolución del estado mexicano, y argumentar que lo único por los que se debe de trabaja es la felicidad de la sociedad también es muy triste, es cierto que en la filosofía aristotélica el hombre debe buscar su felicidad, pero es una felicidad en comunidad, una comunidad que se ha visto polarizada por los mensajes del presidente, una sociedad condenada a morir en la ignorancia.
El pueblo votó por una transformación, un cambio, un crecimiento político, económico y social, y estamos regresando a las prácticas del presidencialismo, donde las cosas se hacen como el presidente quiere y no como la ciudadanía lo necesite, la popularidad del presidente ha bajado y seguirá si no toma una decisión buena sobre el país.
Enriquecer con sus actos a una oposición pobre, llevaría a las ruinas el poder del presidente y de su partido que también poco ha hecho.
