Mujer, si en tu vientre germinó la semilla que se transformó en fruto, y durante nueve meses cargaste para dar a luz al hombre que ha de servirte, amarte y protegerte. ¿por qué has permitido que sea él quien intimide tus deseos, el que te despoje de tu libertad, el que te mancille la piel, el que te censure el pensamiento, el que te oprima la voz y masacre tu autoestima, tu orgullo, y valentía?
¿Acaso existe otro ser que tenga las facultades de procrear como tú lo has hecho?
¿Acaso hay un ser masculino que le brote leche de sus pechos y amamante a sus hijo o hijas como lo haces tú?
¡Claro que no!
De no ser por ti, no habría reproducción humana en la tierra. ¿Acaso mujer, no te das cuenta de la gran fuerza que tu cuerpo y tu alma poseen para soportar las adversidades del tiempo, de la vida, de los estragos que dejan las tormentosas noches de insomnio y cansancio por cuidar de tus crías y críos, alimentándolos con la espesa savia que brota de la guanábana carnosa que expresan tus senos cada día?
Despierta mujer, abre los ojos, lame tus heridas, levanta la frente, vuélvete una loba, defiende tu dignidad, exígete el respeto a ti misma, no te humilles porque Diosa eres, como lo es la Madre Tierra, merecedora de toda gracia, de todas las flores, de toda la gloria, porque eres noble, tierna, sabia, intuitiva, proveedora, curandera, administradora, orientadora, cocinera, capaz de luchar por lo que amas y anhelas.
No te dejes arrastrar por la historia de obediencia que marcaron razas antiguas, sometiendo a la mujer a conveniencia propia del macho que golpea por ignorancia; por instinto, que representa la fuerza animal, y que aniquila por placer al más débil.
Es hora de romper yugos que atan, minimizan, que manipulan tu amor, tu conciencia, tu espíritu, tu fe, tu esperanza.
No necesitas que otras mujeres te defiendan y luchen por ti, porque tú tienes la fuerza, el raciocinio, el valor, el poder de hacerlo, con tan solo una herramienta que se llama, “AMOR, AMOR HACIA TI MISMA”.
Por la simple y sencilla razón de ser tú la protagonista principal de la historia del ser humano, no permitas que nada ni nadie despoje de tu ser la misión que tienes de ser mujer, mujer, mujer y por siempre mujer, madre de toda la humanidad.
Hoy 8 de marzo del 2020, te exhorto mujer a que nos unamos para romper ataduras desde adentro de nuestras conciencias, para defender a capa y espada cada uno de nuestros derechos, levantando la voz de igualdad, respeto, honestidad, y el amor de ellos hacia nosotras como una acción de justicia irrefutable.
Con todo mi amor y cariño para ti, hoy y siempre. Mary Medina