José Piñón Orozco
Toda sociedad basa sus esperanzas en los cambios que pudiera haber o tener, así, con enormes expectativas se ha esperado la llegada del año 2019, un año más en el calendario universal que trae consigo la inyección de nuevas ilusiones, nuevos propósitos, quizá nuevas formas de ver la vida, apegados a la esperanza –aquí en México- que el nuevo gobierno federal ha irradiado desde los días de campaña de Andrés Manuel López Obrador, tiempo que regó en todos los rincones del país la esperanza morena, que la gran mayoría de los mexicanos -hartos de la corrupción en que ha vivido la clase política y gobernante-, dio a López Obrador su voto y su confianza para dirigir los destinos de nuestro país, y por ende el de los mexicanos, que ávidos esperan tener mejores salarios, mejor atención médica, mejor educación, mejor aplicación de la justicia y sobre todo vivir en una sociedad con seguridad social.
2019 es un nuevo amanecer, como nuevo amanecer es el de cada día cuando despertamos para iniciar un nuevo día lleno de expectativas, con profunda capacidad de servicio, base del desarrollo de toda comunidad; hacer nuestra labor con amor, sobre todo, el de los médicos que tienen en sus conocimientos la oportunidad de ayudar a sus compatriotas, que por mejorar su salud corporal acuden a este servicio, y por ello esperan recibir la atención con calidad, que no se ha dado. Quizá hoy, con una nueva mentalidad del gobierno federal cambien las actitudes de los que tienen la oportunidad de servir desde las distintas dependencias del gobierno a los hermanos de a pie.
La esperanza subsiste, es el faro, es la luz, es la fuerza, es el motor, es la ilusión para, junto con el esfuerzo, lograr un nuevo desarrollo, acrecentarlo, y en esa búsqueda lograr una atención a la familia, que es la base de nuestra sociedad y del porvenir de la humanidad.
Erradicar la corrupción es el gran propósito de Presidente de la República, es el peor de la males que los políticos han heredado al nuevo gobierno, que desde que tuvo en sus manos el documento que lo acreditó como ganador de los comicios presidenciales, empezó, apoyado por la mayoría de morenistas, en ambas cámaras legislativas, a dictar nuevas leyes, leyes que abrieron la cloaca pestilente, de organizaciones “autónomas”, cuyos integrantes defienden jurídicamente sus ingresos, evocando la autonomía que las leyes creadas a modo, para sangrar a través de sus honorarios el erario Nacional. Si en verdad fueran autónomos vivirían de sus propios ingresos, sin embargo no es así, es el gobierno federal quien otorga el aspecto económico para el servicio que dan estas organizaciones gubernamentales, por lo que desde este punto de vista, es el gobierno federal quien debe determinar los salarios que deben percibir estos funcionarios, no más de lo que el propio Presidente de México, gane.
Lo cierto es que iniciamos un nuevo año con grandes esperanzas en busca –dicen algunos- de la felicidad. Recordemos que la felicidad es efímera, es nuestra compañera en el andar, nos impulsa a lograr el siguiente nivel, caminamos con ella tomados de la mano; sin felicidad, sin sonrisa, sin un buen apretón de manos, sin un saludo afable, caminamos con un rostro frustrado, alejado de la sociedad, enfermos de la sociedad.
Los invito a vivir este 2019 con fe en ustedes mismos: dicen que: “la fe mueve montañas”, cada uno de nosotros tiene una maravillosa fe que brota de la fe que conlleva lo queremos ser y alcanzar. Que sea para bien de sus familias y de la sociedad en que vivimos y compartimos con los demás seres como nosotros.
EXCELENTE AÑO 2019.
Sí quisiéramos por que si se puede