Oaxaca, Oax.-

Una vez que se ha publicado en la gaceta municipal la reforma al artículo 16 del Reglamento para el Funcionamiento de Establecimientos Comerciales del Municipio de Oaxaca de Juárez, ha entrado en vigor la prohibición del uso de envases de Poliestireno Expandido (EPS) y unicel en la venta y entrega de alimentos.

El ayuntamiento capitalino llevó a cabo una modificación a la fracción número XVII el cual es solo es aplicable para el comercio establecido.

Ante esta situación, se realizó un trabajo de socialización a efecto de que ningún comerciante no se sienta sorprendido o agraviado y cumpla con la normatividad.

A través de esta medida, la capital oaxaqueña se suma a los municipios de San Bartolo Coyotepec, Santa Tomás Jalieza, Cuilápam de Guerrero, Santa Catarina Lachatao, entre otros, los cuales buscan mejorar las acciones para el cuidado del medio ambiente.

Esta reforma entró en vigor a partir del primero de octubre, iniciativa que presentó la regidora de Salud Pública y de Vialidad, Leslie Jiménez Valencia.

Esta fue emitida por las comisiones de Gobernación y Reglamentos, así como la de Desarrollo Económico, Vinos y Licores y fue aprobada por unanimidad por el Cabildo el pasado 6 de septiembre, la cual implica la interacción de las áreas para tomar la opinión de los involucrados y se generalice entre la población oaxaqueña.

Esta propuesta no aplica para su venta en tiendas departamentales, debido a que la norma es exclusivamente para que los comercios no expendan los productos en unicel, por lo que se espera que el usuario deje de comprarlo de manera paulatina.

La autoridad municipal busca contribuir a la preservación y protección del medio ambiente, toda vez que el poliestireno expandido no es reciclable y biodegradable, debido a que lo máximo que logra es dividirse en partículas pero nunca llega a descomponerse completamente, por lo cual terminado su uso se convierte en agente contaminante del medio ambiente.

De la misma forma, se sabe que el unicel también contamina los alimentos, pues al calentar la comida en el microondas se liberan sustancias como las dioxinas que son capaces de causar envenenamiento y cáncer.