Oaxaca, Oax.-

Los menores aprenden a jugar y se olvidan de las desgracias que han dejado algunos movimientos telúricos; ‘tienen mucha alegría y entre ruinas hay donde jugar’, dice el maestro

Después de un año en el que se registraron más de 20 mil temblores, en el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, los niños van recuperando lentamente sus actividades habituales, retomando los juegos de antaño que en otros lugares han sido desplazados por la tecnología.

En la explanada del Centro Escolar Juchitán, una escuela emblemática que cayó por el sismo y la reedificó el Ejército Mexicano, ha vuelto a bailar los trompos.

Todos los sábados se reúnen más de 30 niños que, con ayuda de expertos en este juego tradicional, aprenden nuevas técnicas que aparte de divertirlos, les sirven para olvidarse de un año difícil para esta región de Oaxaca.

“Yo lo que veo en esta ciudad de Juchitán que es donde estamos ahorita, pues sí es una ciudad que está en destrucción ¿no? porque si es impresionante me da mucha tristeza, pero los niños tienen mucha alegría y a veces entre las ruinas siempre hay un lugar donde jugar, ¿no?”, dijo Gustavo Castro, quien tiene 23 años practicando y enseñando a jugar al trompo.

Y la estrategia funciona, asegura este instructor del juego tradicional.

Eso sirve para quitarse la memoria del celular las maquinitas la tele así lo pueden practicar”, detalló.

Al respecto, Eros, un niño de Juchitán, respaldó al maestro al afirmar: “Pues sí (ayuda), porque te diviertes jugando el trompo”.

En Juchitán, las autoridades educativas reportaron daños en 142 planteles, la mayoría lleva un avance menor al 50 por ciento en la reconstrucción y aún cientos de niños reciben clases a la intemperie o en aulas fracturadas por los constantes sismos.

*José De Jesús Cortés / Excelsior